Siempre tengo una historia que contar porque me gusta experimentar y escuchar sobre lo qué pasa a mi alrededor. Toda esta historia comienza desde el momento en que me obligaron a aprender inglés... Tengo un amigo y se llama Gurjit, el no sabe qué es mi amigo pero yo si se que el lo es porque me contó sobre su vida y ya ese es un gran paso. Gurjit es un gran tipo, me gusta llamarlo en mi mente "el viajero". Lo conocí hace unos días, era el conductor de un taxi. El destino hacia dónde nos llevaba era aproximadamente de 30 minutos, y tengo que admitir que disfrute cada momento. Desde que me subí al vehículo me sentí un poco intimidada por Gurjit, su acento y su presencia eran fuertes. Mi papá dice que soy muy buena creando relaciones con la gente, pero en realidad es solo que hablo hasta por los codos. El hielo se rompió cuando le pregunté a Gurjit que de dónde era el, el es de la India, desde ese momento, Gurjit me hacía platica y pude darme cuenta que yo no tenía nada que contar comparado con lo que el me decía. El se mudo de la India y se fue a Alemania, estuvo dos años viviendo con su amigo (que era también de la India). El me contaba muy emocionado que amaba cada cosa de Alemania, decía que era un país maravilloso, pero el gusto no le duró mucho porque después de dos años lo deportaron y lo mandaron de vuelta a casa. Gurjit quería algo mejor para su vida, el tenía dos hijos y sus hijos ya estaban viviendo su vida, el quería construir su vida otra vez porque su esposa había fallecido. Tomo un vuelo a México y pasó a Estados Unidos de indocumentado. Cuando llegó a Estados Unidos, estaba muy lastimado de sus piernas por alguna clase de accidente en el viaje, dice que llego la ambulancia y lo llevo directo al hospital. Cuando llegó al hospital forzosamente tenía que decir lo que le había pasado, pero no era una opción decir que acababa de llegar de ilegal. Gurjit dijo que en su país los policías lo golpearon y por alguna razón en seguida le dieron su "Green Card" (documento de identidad para residentes permanentes en los Estados Unidos que no posean la nacionalidad estadounidense). Todo lo hizo buscando cambiar su vida y ahora vive muy bien y visitando a sus hijos en la India. La vida le dio oportunidades, así como a nosotros se nos son dadas. Así como a mi, se me dio la oportunidad de aprender un idioma, jamás me pasó por la cabeza, en esa primera clase, todas las cosas maravillosas que me pasarían gracias a esa decisión de tomar lecciones de ingles, y aún todas las cosas increíbles que la vida nos depara. Gracias a esa pequeña decisión vinieron cosas grandes, gracias al inglés, pude escuchar historias y he podido conocer gente maravillosa... así como Gurjit o como Kenny Chong, un neoyorkino con familia proveniente de China, que viajaron a Estados Unidos en busca de una vida mejor a la que llevaban allá y de oportunidades que llegando a ese nuevo país, pudieron encontrar. Cada quien tiene su forma de buscar oportunidades. Todo es una cadena de sucesos, cada cosa qué pasa, es un impulso para que venga otra. La mayoría de los momentos qué hay en nuestras vidas son producto de momentos que ya pasaron. No sabemos que viene después. Gurjit sufrió y pasó de todo y jamás pensó que todo eso que sufrió o que vivió, lo llevaría a estar en donde está y a vivir cómo está viviendo. Pero todo pasa por algo, no sabemos si lo que ahora nos cuesta trabajo hacer o desarrollar, va a ser algo útil y necesario para mañana. Quizás ahorita me cueste trabajo levantarme de la cama para estudiar algún instrumento musical o tomar una clase, pero quién dice que esos pequeños sacrificios que hacemos ahora, no nos vayan a traer grandes cosas mañana. No desperdiciemos esas pequeñas oportunidades que la vida nos da... porque nunca sabremos qué nos traerán. Es increíble cómo se vive cuando dejas que la vida te sorprenda. La vida es impredecible, cambia con las estaciones, aún tu invierno más frío pasa por las mejores razones, porque así es la vida; todo llega, todo pasa... todo cambia.
